Prevalencia de homofobia en las familias
¿Qué es la homofobia?
El término homofobia hace referencia a la aversión hacia la homosexualidad o contra hombres o mujeres homosexuales, aunque se suele incluir a las demás personas que integran a la diversidad sexual, como es el caso de las personas bisexuales, los transexuales y transgéneros, en estos dos últimos casos el término indicado es transfobia. La homofobia abarca toda aquella actitud degradante, discriminatoria, ofensiva o desfavorable hacia alguien por razón de la orientación homosexual.
La familia se considera uno de los principales agentes socializadores de los/as jóvenes en su época de desarrollo y, como tal, se espera que desempeñe un rol importante a la hora de educar a sus hijos en las concepciones y transmisión de ideología y valores en lo que se refiere al ambiente de la diversidad sexual (INJUVE, 2010). Según este mismo informe, una de las conclusiones a las que se llega a partir de datos cuantitativos y opiniones, es que ese papel que tiene las familias como agente educador de jóvenes acerca de la diversidad sexual no suele ser cumplido, si bien se establece que normalmente las familias no aceptan la homosexualidad y se basan en concepciones más propias de épocas anteriores. Por este motivo, se concluye que cuánto más fuertes son los prejuicios aceptados en las unidades familiares, más violenta será la expresión de la homofobia en el alumno (Informe defensor, 2012) Por lo tanto, muchos jóvenes encuentran dificultades en el momento de comunicar o hablar a sus progenitores temas relacionados con la diversidad sexual, ya que para ellos es importante que la familia lo acepte en una primera fase y le brinde su apoyo (INJUVE, 2010; Council of Europe, 2013).
Tanto es así, que en un estudio realizado por COGAM (2013), un 44% del alumnado entrevistado esperaría ser rechazado en cierta medida en casa si comunicara a su familia su condición LGB, mientras que el resto cree que sería aceptado sin lugar a dudas. A partir de las opiniones de los/as adolescentes, se establece que un 43% de los padres no conoce su orientación/identidad LGTB, frente a un 56,9% que sí la conoce, dentro de los cuales, cerca del 25% no muestran una actitud positiva. Por lo tanto, se concluye a partir de estos datos que, sumando los porcentajes de desconocimiento de los padres acerca de la orientación e identidad sexual de sus hijos con el porcentaje de aquellos que la rechazan, nos da un total de un 68% de padres que desconoce o no aceptan tal hecho. De acuerdo con los datos cualitativos que se extraen del informe INJUVE (2010), se concluye que, dado los casos y las opiniones de los/as jóvenes, parece ser que actualmente los/as adolescentes están actuando como agentes educadores de sus padres en tolerancia y aceptación de la diversidad sexual.
Tener una u otra orientación sexual no te hace mejor o peor persona, todos tenemos derecho a elegir quienes y como queremos ser. La homoxesualidad no le hace daño a nadie, la homofobia si.
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ResponderEliminarHola Andrea!
ResponderEliminarDebido a que este semana me ha tocado ejercer el Rol de Comentarista , me he pasado por tu blog para ver tus entradas semanales y me decidí por esta .
Me ha parecido muy interesante y gracias a ti he confirmado información que tenía sobre este tema.
Gracias por hacer esta aportación tan argumentada.
Estoy de acuerdo con la frase que has añadido , ya que no somos mejores o peores personas por nuestra orientación sexual.
Sigue así Andrea.
Un saludo!
Hola María, me alegro de que hayas elegido mi blog y sobre todo que coincidamos en opinión. Muchas gracias por tu comentraio espero volver a verte por aquí.
EliminarUn saludo!